El 30% de los pacientes dermatológicos tienen algún síntoma de depresión o ansiedad
Hoy, 13 de enero, se celebra el Día Mundial contra la Depresión, un trastorno mental caracterizado por un bajo estado de ánimo y sentimientos de tristeza tan asociado a las enfermedades de la piel. De hecho se estima que alrededor del 30% de los pacientes con vitíligo, acné, psoriasis y dermatitis, entre otras patologías, tienen algún síntoma de depresión o ansiedad.
La depresión y las enfermedades de la piel están estrechamente relacionadas. Así se recoge en el artículo “El impacto emocional de la enfermedad dermatológica”, publicado en Actas Dermo-sifiliográficas (A. Guerra-Tapia, Á. Asensio Martínez, J. García Campayo). El escrito destaca que la relación existente entre la mente y la piel es uno de los temas más polémicos en la historia de la medicina.
A juicio de sus autores, “cada vez existe una mayor creencia en que los factores biológicos o psicosociales, junto a un mecanismo de adaptación defectuosa, llevan a desencadenar una respuesta en la piel, en lugar de en otro órgano, en individuos predispuestos”. Y, por ello, -aseguran- “el óptimo ejercicio de la especialidad dermatológica requiere por tanto de conocimientos básicos de dermatología psiquiátrica o psicodermatología”.
En este artículo se destacan algunos datos significativos. En España, alrededor del 9% de la población padece una enfermedad mental y algo más del 15% de la población padecerá un trastorno mental a lo largo de su vida. Unas cifras que se han incrementado aún más con motivo del Covid-19. Y más aún si cabe en los pacientes dermatológicos. Según sus datos, al menos un 30% de los pacientes con enfermedad cutánea presenta alteraciones psicológicas o psiquiátricas.
Depresión y consultas de dermatología
La depresión es una de las enfermedades más frecuentes en las consultas de dermatología. Entre sus síntomas figuran la tristeza, disminución de interés o de la capacidad para el placer en todas o casi todas las actividades, pérdida o aumento del apetito, insomnio o hipersomnia, fatiga o pérdida de energía, sentimientos de inutilidad o de culpa, disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, indecisión, pensamientos recurrentes de muerte y/o ideación suicida.
Entre las enfermedades de la piel que provocan un mayor número de depresiones destacan el vitíligo, la urticaria crónica, el prurito idiopático, y el acné (sobre todo en la adolescencia), entre otras.
Los autores del artículo destacan que el papel del dermatólogo es imprescindible en el tratamiento y cuidado del paciente psicodermatológico. Para ello es muy importante que el dermatólogo tenga una comunicación fluida con los pacientes. También que conozca de primera mano las medicaciones psicotrópicas que sean necesarias para el manejo del paciente (su dosificación, posibles efectos secundarios, repercusión en el embarazo y la lactancia, etc.).
Concluyen con una cita del dermatólogo Rook que resume muy bien su argumentación: «al tratar las afecciones de la piel, en al menos la mitad de los casos los resultados serán inadecuados, si no consideramos los factores psicológicos».