Vitíligo en niños, cifras y recomendaciones
El vitíligo en niños no es muy frecuente, pero sí tiene importantes consecuencias en la calidad de vida de estos pacientes. Analizamos los tratamientos más eficaces y los alimentos recomendados.
En alrededor del 25% de los casos de vitíligo en niños, la enfermedad se manifiesta en torno a los 10 años, mientras que en otro 50% lo hace antes de los 20.
Las consecuencias en la calidad de vida del vitíligo en niños es mayor que en la edad adulta, según advierten los/as dermatólogos/as. Desde la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV) alertan que los pacientes pediátricos que sufren de la despigmentación en la piel frecuentemente han sido víctimas de bullying en sus centros educativos.
Los expertos señalan que de cara a frenar la progresión del vitíligo en niños, es importante pautar tratamientos que combinan fototerapia con soluciones tópicas, como fotosensibilizantes (Fenadul gel) o con con antioxidantes (Meladul gel), y/o con suplementos orales (Fenadul cápsulas).
Puedes ampliar la información en este artículo de nuestro blog.
Vitíligo en niños, alimentos recomendados
Existen alimentos que son fuentes de antioxidantes, contribuyendo a proteger las células del daño causado por el estrés oxidativo e impidiendo el avance de los radicales libres. Entre estos figuran arándanos, la frambuesas, la calabaza, la zanahoria, la espinaca, el tomate, la col rizada y los frutos secos.
Otro grupo de alimentos recomendados son los que contienen vitamina B12, también conocida como cianocobalamina. Se trata de una vitamina cuya deficiencia se ha relacionado directamente con el vitiligo. Fuentes de vitamina B12 son los alimentos de origen animal, como las carnes, los huevos y los lácteos.
Los especialistas recuerdan la importancia de seguir una dieta equilibrada y variada, con un consumo adecuado de proteínas magras, como pollo, pescado, legumbres y carne; también de ácidos grasos omega-3, con propiedades antiinflamatorias y presentes en el salmón, las sardinas, la trucha, el arenque, los frutos secos y las semillas.
Por último es recomendable evitar alimentos procesados y ricos en azúcares, e hidratarse adecuadamente, tanto por dentro, con la ingesta de al menos dos litros de agua, como por fuera.