Despigmentacion de la piel, más evidente tras el verano

El bronceado desigual hace que, en muchos casos, la despigmentación de la piel sea aún más evidente. La fototerapia doméstica puede ser útil para igualar el tono aplicándola de forma localizada en las zonas con manchas.

La despigmentación de la piel, igual que la hiperpigmentación, puede resultar un problema tras el verano. El bronceado hace que las manchas blancas en la piel sean más evidentes, algo que preocupa especialmente a algunas personas con vitíligo u otras enfermedades de la piel.

Después de las vacaciones, llega el momento de retomar el tratamiento del vitíligo y volver a las rutinas y cuidados de la piel. Desde la Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venereología recomiendan realizar una visita al dermatólogo tras el verano.

La fototerapia puede ser una buena opción para igualar el bronceado ahora que va terminando el periodo vacacional. Para lograrlo es importante que combines el factor de protección solar, aplicando uno más alto en el contorno de las manchas y otro menor en las zonas en las que existe despigmentación de la piel. Puedes utilizar la lámpara de fototerapia doméstica de Abedu.

Otra de las opciones para disimular las manchas tras el verano son las soluciones de maquillaje, específicamente desarrolladas para personas con vitíligo. Como es el caso de la línea Tanvitil, disponible tanto en gel (para zonas pequeñas) y spray (para más amplias). Puedes ampliar la información en este artículo de nuestro blog.

Manchas blancas producidas por el sol

En algunos casos, las manchas blancas en la piel son un síntoma de envejecimiento, provocado precisamente por un exceso de exposición al sol.

El fotoenvejecimiento provoca que los melanocitos, responsables de la producción de melanina, se vayan degenerando y pierdan su capacidad de fabricar melanina. La consecuencia es que desaparece la pigmentación uniforme y aparecen las características las manchas blancas en forma de gotas.

Para prevenir este tipo de manchas es muy importante reforzar la hidratación, bebiendo al menos dos litros de agua cada día, y aplicando lociones hidratantes, y, por supuesto, la protección solar adecuada a cada persona (según su fototipo y tipo de piel).

También es muy importante la alimentación. Hay que seguir una dieta rica en frutas, verduras, y otros alimentos fotoprotectores con vitamina C y carotenos.